La transición supuso una auténtica reconciliación nacional, en un clima de consenso que cristalizó en la Constitución de 1978, aprobada por amplísima mayoría. Tras la coronación, el 22 de noviembre de 1975, de Juan Carlos I como Rey de España, se cierra un capítulo de nuestra historia y se abre un camino de libertad y esperanza, si bien con ciertas dificultades. El nuevo monarca adoptará una actitud prudente para asegurar una rápida democratización. Se hace necesario «respetar» los condicionantes legales heredados del franquismo y a buena parte de sus cuadros políticos. El Rey confió la dirección del Estado a un equipo de jóvenes reformistas encabezado por
Adolfo Suárez. Investido Presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976, Suárez guiará la transición a la democracia. Numerosos políticos e intelectuales regresan del exilio y el 5 de junio de 1977 tienen lugar las primeras elecciones generales. La derecha de Manuel Fraga, antiguo ministro de Franco y fundador de Alianza Popular, aceptó plenamente las reglas del juego democrático y el Partido Comunista de España, encabezado por el antiguo dirigente republicano Santiago Carrillo, participará en la redacción de la Constitución. El electorado se decantó por opciones más moderadas. La Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez obtuvo la mayoría relativa del Parlamento con 165 escaños y el PSOE (el histórico partido socialista, encabezado ahora por la joven generación de Felipe González) 118 escaños.
VÍDEOS:
La transición española: El periodo pre-constitucional (1975-1978). PARTE I
La transición española: El periodo pre-constitucional (1975-1978). PARTE II
La consolidación democrática: La Constitución de 1978
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