“En la calle del Turco
ya mataron a Prim sentadito en su coche
con la Guardia Civil”
Romance de ciego
El romance de ciego falla en el último verso. Si Prim hubiese ido con la Guardia Civil quizá se hubiera abortado el atentado. Pero un malentendido con la escolta hizo que el famoso general, que había hecho burlas de la muerte en tantas batallas, se encontrase en efecto “sentadito en su coche”, solo e inerme ante los seis trabucos que le metieron por las ventanillas.
Para continuar con la historia: El lado oscuro de la historia
No hay comentarios:
Publicar un comentario